Si bien el duelo es un proceso natural, personal y único, por lo que la pérdida de un ser querido puede convertirse en uno de los momentos más desafiantes que enfrentamos en la vida. Las emociones como culpa, enojo, tristeza, miedo y confusión pueden surgir de manera intensa, haciendo que el día a día se sienta abrumador y difícil de sobrellevar en soledad.
Beneficios:
Se brinda un espacio seguro, empático y libre de juicios, dónde vas a poder expresar todos tus sentimientos con total libertad, comprender tu proceso, recuperar claridad y equilibrio emocional, reconectar con tu fuerza interior para avanzar en tu vida y descubrir nuevas formas de encontrar paz y esperanza.
El duelo no tiene un «camino correcto», ni un tiempo definido…cada experiencia es única

¿Qué tipos de duelos hay?  

• Duelo normal: Es la reacción esperada ante una pérdida, caracterizada por una variedad de emociones que pueden incluir tristeza, ira, confusión y aceptación.

• Duelo anticipado: Ocurre cuando se espera una pérdida, como en el caso de una enfermedad terminal. Permite a la persona prepararse emocionalmente para la pérdida.

• Duelo complicado: Se caracteriza por la intensidad y duración prolongada de los síntomas del duelo, que pueden interferir con la vida diaria de la persona.

• Duelo inhibido: La persona no experimenta o no expresa abiertamente las emociones asociadas con la pérdida.

• Duelo ausente: La persona no reconoce o no admite la pérdida.

• Duelo ambiguo: Ocurre cuando la pérdida no es clara o no se puede verificar, como en el caso de una desaparición.

• Duelo crónico: La persona experimenta un duelo prolongado y recurrente a lo largo del tiempo.

• Duelo traumático: Resulta de una pérdida repentina y violenta, como un accidente o un acto de violencia.